Hay sesiones que, cuando empiezan, ya notas que van a ir rodadas. Y la de Jose, Jaime y Aitor fue exactamente eso: tres hermanos y, desde el primer minuto, portándose genial.
Además, esta historia viene con ese punto bonito de “boca a boca” que tanto valoro. Sonia, su mamá, llegó por recomendación de una amiga. Me dijo que lo tenía claro: quería que yo fuese su fotógrafo para guardar estos recuerdos familiares de Navidad… y así, sin darle muchas vueltas, acordamos día y listo.
Y llegó la sesión. A ver… seamos sinceros: cuando son tres peques (y uno de ellos aún pequeñito), podrías pensar “a ver cómo se da esto”. Pero fue todo lo contrario. Todo rápido, fluido y muy natural. Ellos entraron en el decorado como si estuvieran en su casa, y yo solo tuve que ir guiando un poquito, jugando con ellos y aprovechando esos momentos espontáneos que salen cuando nadie está forzando nada.
El resultado… os lo dejo abajo para que lo veáis: qué guapos quedaron y qué bien se respiraba el ambiente de familia en cada foto.
📷 Aquí podéis ver las fotos de la sesión 👇:



Y si tú también quieres unas fotos de Navidad que sean más “vivir la experiencia” que “posar sin parar”, me escribes y te cuento opciones (sin compromiso, de verdad).
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