Hay familias que, cuando vuelven, te hacen ilusión doble. Y este año me ha pasado con Nerea y Jose, que han repetido por segundo año sus fotos de Navidad conmigo… y con Ainara como protagonista absoluta.
Al llegar, Ainara estaba un pelín seria. Es normal: el decorado, las luces, el “qué es todo esto”, y ese primer minuto en el que los peques se están ubicando. Yo siempre digo que cada niño tiene su ritmo, y en estas sesiones no hay prisa.
Entre sus padres y yo, fuimos jugando, hablándole, dándole espacio… y en cuanto encontramos “la tecla”, cambió todo. Se relajó, empezó a soltarse y salieron fotos súper naturales, de esas que no se fuerzan: miradas, sonrisas pequeñas, gestos espontáneos… justo lo que me gusta guardar en Navidad.
Y lo mejor fue el final: cuando ya tocaba recoger… Ainara no se quería ir 😂
En el estudio tengo juguetes para los niños, y estaba tan cómoda que me miraba como diciendo: “¿pero esto se acaba ya?”. Ese momento, aunque no salga en las fotos, también forma parte del recuerdo.
Gracias, de verdad, por volver a confiar en mí un año más. Me encanta ver cómo crecen y cómo cada Navidad se convierte en una historia distinta… pero con la misma esencia.
Si el año que viene os apetece vivir una sesión así, sin prisas y centrada en que estéis a gusto, me escribís y os cuento(sin compromiso).
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Pau Prada 